jueves, 1 de enero de 2009

1º de enero

La plaza está caliente.

Es invierno, pero la temperatura no baja de quince, tal vez de diez u ocho grados cuando mucho. Hay nubes, eso sí, y el cielo se pone color panza de burro. Gente en las calles. Poca. Poca gente. Los demás duermen. Intentan dormir.

Tinajero sube al auto, el auto arranca, el auto llega a la carretera que va a Saltillo. El auto sigue, sigue, sigue. Ojala siga así mucho tiempo, piensa Tinajero, ojalá que haya carretera para rato.

¿De qué huyes, méndigo Tinajero? O a quién le temes o por qué la prisa. Mira nomás cómo corres, lejos, lejos, hasta convertirte en un puntito minúsculo, insignificante y minúsculo, un átomo de miseria y perdición, una burla de ser humano confundido con las piedras. ¿A dónde vas o qué buscas? Canijo Tinajero, ni una palabra ni nada, ni un pensamiento siquiera, nada. Y no aflojas ni tantito. A ver a dónde llegas. A ver. En una d ésas ni tú sabes pa' dónde vas. Qué se me hace que ni tú sabes.

1 comentario:

  1. algunos días me gustaría ser tan aventurero sin rumbo como tinajero. le envidio.

    ResponderEliminar