lunes, 16 de noviembre de 2009

16 de noviembre. Cuatro de dieciséis

Hasta ahora, mi elección de películas de la Muestra ha sido más que atinada. La mejor experiencia ha sido, sin duda, El silencio de Lorna. Pertenece a ese tipo de películas europeas que retratan los abismos del comercio humano (no dejé de pensar en Lilja 4-ever, de Lukas Moodyson), las cuales consiguen que se me quiten las ganas de viajar al mencionado continente. Lo bueno es que luego veo otras cosas, se me olvidan los abismos y me quedo pensando en paraísos iluminados por siglos y siglos de alta cultura.

Hoy voy a La caja de Pandora. En una de las fotos aparece una viejita de pelo cano. ¿Será que, después, me entrará el remordimiento por no haber ido a visitar a mi abuela en tantos días, siendo -como es- que está enferma? No lo sé. Lo que sí sé es que entre mañana y pasado mañana le hincaré el diente a cosas más festivas: Looking for Eric y Taking Woodstock. Ya era hora de algo menos denso. Un descanso entre tanta crudeza.

La nota curiosa de la Muestra:
¿Sabían que hay gente que va a la Cineteca con carne en la bolsa? Quiero decir, carne de res. Molida especial, pulpa bola o cosas así. Pienso que lo hacen porque, al ver el poster de este año, se imaginan que es requisito indispensable presentar su carne molida a la entrada de la sala. Por otra parte, debe ser gente muy amistosa la que hace esto: tan ingenua, tan fresca... como la carne de las reses recién sacrificadas.

2 comentarios:

  1. qué ocurrencias!! ahora sí que me has hecho reír...

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  2. De que hay gente, hay gente. A ver si hoy no llegan con su verdurita cocida para acompañar el filete...

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